Pasión por los Negocios… AMLO en Washington y la importancia del T-MEC

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Por Demian Duarte

AMLO en Washington y la importancia del T-MEC

Se ha convertido en herramienta de debate político por la anunciada visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington para los días 8 y 9 de julio, con motivo del arranque del nuevo acuerdo comercial para América del Norte, que incluye a México, Estados y Canadá y que ahora se llama T-MEC.

El asunto es que es un juego (así lo dijo el presidente) en el que “si la ensartas pierdes, pero si no la ensartas también pierdes” y es que para la oposición la idea de ver al presidente López Obrador con Donald Trump en la Casa Blanca, a escasos meses del proceso electoral de Estados Unidos es un sabroso platillo.

La realidad es que el nuevo acuerdo comercial es un tema demasiado importante como para dejarlo pasar y para México representa la tabla de salvación en un complicadísimo entorno relacionado con la pandemia del Coronavirus y la conducente crisis económica que este trae consigo.

Usted sabe, el efecto de la pandemia sobre la economía con una caída bastante obvia de las actividades productivas, luego de que se decidiera paralizar a las industrias y al comercio considerado no esencial, además del sector de servicio y turismo, tiene efectos fuertes sobre indicadores como empleo e inversión, y la expectativa es que logremos una recuperación rápida durante el segundo semestre que hoy inicia.

México de hecho tiene 1 mes dentro de lo que ahora se da en llamar “nueva normalidad” y que no es otra cosa que el proceso de reactivación de la producción en sectores estratégicos como es el minero, el automotor, el aeroespacial y el de construcción, los cuatro elementos vitales de la economía y del empleo y que junto al sector agropecuario de México tienen de hecho un rol de protagonismo en la interacción comercial con nuestros principales socios comerciales.

Sin embargo la entrada en funcionamiento del T-MEC tiene implicaciones muy profundas para México que cambiarán mucho más de lo que pensamos nuestro entorno, y esto va desde la forma en que trabajamos, como son las asociaciones laborales y sindicales, hasta por supuesto la forma en que consumimos.

El nuevo T-MEC, más que la actualización del vetusto TLCAN es un totalmente nuevo acuerdo, que le da enormes ventajas a México y que obliga además a nuestro país a igualar muchas de las normas y reglas relacionadas con derecho laboral, consumo y comercio electrónico, contenidos de los productos y una serie de normas y reglas que se habían venido quedando anacrónicas a los nuevos tiempos.

Es importante entender, el origjnal TLC se firmó en 1994, tenía 26 años operando y además se estableció en su momento en condiciones sumamente desventajosas para México, un país que aceptaba ser el patio trasero de Estados Unidos y Canadá a cambio de ser convidado a eso de la globalización, que en aquél entonces a muchos nos pareció entreguismo.

A cambio el TLC vino y transformó nuestro economía, nos obligó a abrir las fronteras y a dejar atrás el modelo de sustitución de importaciones, le abrió a México un nuevo perfil económico e involucró a los mexicanos en un mercado de consumo que muy pocos conocían.

El debate abierto es sí esto fue para bien o para mal, porque evidentemente esta historia nos trajo también muchos de los malestares que padecen los países de primer mundo, a una sociedad que evidentemente no estaba preparada.

Sin embargo México mostró la capacidad de ser competitivo, y lo que muchos vimos como desventaja en su momento, se convirtió el argumento a favor para productos con los que México se comenzó a apropiar del mundo como los aguacates, las cervezas, el tequila, el mezcal, sus destinos turísticos, su capacidad productiva por ejemplo en el sector automotor y otros aspectos, además México entró en un proceso de democratización que nos tiene hoy con un gobierno emanado de un movimiento político, que hubiera sido impensable sin la apertura.

El detalle es que al día de hoy persiste un abismo entre las condiciones laborales que tiene un obrero en Estados Unidos y otro en México, pues la diferencia en ingresos es de una proporción de 20 a 1, lo que por supuesto se refleja en pobreza y frustración para la mayoría de los mexicanos, por lo que creo que si el nuevo T-MEC ayuda a reducir esa brecha, iremos de gane.

Respecto a la presencia de López Obrador en Washington es obvio que quienes tratan de venderla como algo negativo, es porque tratan de medrar con uno de los grandes logros de su gobierno, una firma y ratificación acelerada del acuerdo no puede más que traerle beneficios al país y la presencia del mandatario en que que a poco más de 18 meses de su gobierno es el primer viaje internacional, no hace otra cosa más que mostrarnos la enorme dimensión de lo conseguido. Yo quisiera ver a un gobierno emanado del PRI o del PAN no acudiendo a Washington en este momento histórico y ahí me cuentan.

De cómo nos vaya con la recuperación de la economía depende lo que se haga en estas semanas y sin duda así como la presencia del líder de la Cuarta Transformación es necesaria en los estados del país para empujar la recuperación, así también lo es su presencia en la capital de los Estados Unidos, la mayor economía del mundo y nuestro principal aliado en lo económico y el más importante socio comercial de México, sin esa relación y sin ese acuerdo México enfrentaría un triste escenario, en cambio al tener T-MEC la historia se contará de un modo muy distinto.

Correspondencia a demiandu1@me.com