El ‘tiroteo’ arancelario y comercial de Trump

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Dinero, Fondos y Valores

Víctor Piz

El anuncio de que Donald Trump excluyó a México y Canadá de los aranceles a las importaciones de acero y aluminio hasta la conclusión de las negociaciones del TLCAN, no es para cantar victoria.

La exención es gracias a que los dos países están en la mesa del TLCAN con Estados Unidos, lo que los libera de las tarifas “al menos en este momento”.

Pero claramente es una medida de presión en medio de la renegociación del TLCAN. Hay, pues, un riesgo político durante y después del proceso.

“La decisión de Trump sobre los aranceles de Estados Unidos (EU) es como tener una pistola cargada y apuntando”, ejemplificó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base.

“La condicionalidad será una medida de presión para la negociación del TLCAN”, dijo Gabriel Lozano, economista en jefe para México de JPMorgan.

“Yo creo que sí hay cierta intención de meter presión para que los objetivos de EU (sobre la renegociación del TLCAN) se materialicen”, abundó.

La no imposición de aranceles a México y Canadá está sujeta a que se alcance un acuerdo favorable para EU en las negociaciones del TLCAN.

La exclusión de México “es lo correcto”, afirmó a EL FINANCIERO Bloomberg el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quien agregó que “haber incluido a tus socios de América del Norte en una medida arancelaria de esta naturaleza hubiera sido darte un balazo en el pie”.

El funcionario argumentó que “somos los compradores de 80 por ciento del acero que ellos producen”, por lo que aplicarnos el arancel “hubiera sido tremendo para las cadenas de valor que hemos integrado en la región”.

Guajardo dijo que “nuestra observación es que sí, el exceso de oferta en el mercado de acero es un problema, pero hay que atacarlo directamente de donde viene, no hacer tiros con escopeta a todo el mundo”.

Probablemente, la presión en las discusiones sobre el TLCAN se verá ya en la octava ronda de negociaciones, prevista para principios de abril en Washington, sobre todo en los temas más polémicos.

“Lo más complejo, como tú sabes –dijo Guajardo al reportero–, está en tres temas: el de la cláusula sunset sobre la terminación del acuerdo; el de la resolución de disputas sobre cuáles son los mecanismos para ponernos de acuerdo cuando no estamos de acuerdo, y el de las reglas de origen (en la industria) automotriz”.

En opinión de Lozano, fue muy desafortunado que el anuncio de las medidas de EU para restringir sus importaciones de acero y aluminio se diera en el contexto de la séptima ronda de negociaciones del TLCAN.

“Desde mi punto de vista, sí pareciera ser que se entorpeció un poco la continuidad (del proceso) y que esto puso un poco en riesgo la viabilidad de la siguiente ronda”, señaló el economista de JPMorgan.

La exclusión condicionada del país a las tarifas arancelarias de EU corrobora que la renegociación del TLCAN es el mayor riesgo para la economía mexicana en este año.

Ante las fricciones en la mesa no sólo en los temas más polémicos, sino en otros que Guajardo considera “muy inaceptables”, es probable que las negociaciones se empalmen con las elecciones presidenciales de julio.

Sin propuestas alternativas de EU, va a ser muy difícil concluir las discusiones antes de las elecciones.

Y sin un TLCAN mejorado y “justo” para EU, México seguirá expuesto al ‘tiroteo’ arancelario y comercial de Trump.

El Financiero

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