En las últimas semanas tres de los políticos que tienen aspiraciones legitimas a ser candidatos a suceder al gobernador Alfonso Durazo Montaño como gobernador de Sonora, me han confirmado que en efecto se presentarán en la interna del partido Morena.
Se trata de los senadores Lorenia Valles Sampedro, Heriberto Aguilar Castillo y del alcalde de Cajeme Javier Lamarque Cano, la senadora de mayoría relativa me lo dijo justo en la asamblea del Consejo Nacional de Morena y los 2 aspirantes varones me lo confirmaron después de que la presidenta del partido, Luisa María Alcalde diera luz verde para que quienes tienen ese proyecto vayan levantando la mano.
Eso es lo único seguro y lo único claro, otros aspirantes se han ido desmarcando, sea por sus acciones políticas que fueron leídas como traiciones o al menos fallas en el sistema de lealtades y principios que maneja el Movimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Durazo, otros porque simplemente han entendido que no les alcanza o no cumplen con los criterios, por lo que mejor buscarán otra posición, como puede ser una alcaldía, una diputación local o una federal.
Lo que es verdad es que en mi tierra se está desmadejando el tejido político, no por lo morenistas, que están listos para entrar al ruedo y competir entre sí por la candidatura a gobernador, que en esta ocasión entregará el cargo por 3 años. Al final del día tienen permiso de la dirigente del movimiento, aunque el gobernador Durazo hace cosa de un mes pidió a los miembros de su gabinete ponerse a trabajar y dar resultados.
El detalle es que ninguno de los apuntados es integrante del gabinete, y se entendió que el mensaje no es para ellos, es para los secretarios como Adolfo Salazar Razó (secretario de Gobierno), Froylan Gámez Gamboa (secretario de Educación y Cultura) y Celida López Cárdenas (secretaría de Agricultura y Ganadería).
Viene todo esto a colación, porque el fin de semana pasado, en el informe de actividades legislativas de la diputada federal del distrito 03 con cabecera en Hermosillo, Diana Karina Barreras, (siglada por el PT) esposa por cierto del presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Sergio Gutiérrez Luna (siglado por Morena) hubo destapes, en voz del delegado nacional del Partido del Trabajo, Benjamín Robles Montoya, que dijo que el candidato a gobernador de ese partido, sería justamente Adolfo Salazar y su candidata a la alcaldía sería justamente la legisladora que presentó informe.
El evento político lució como un acto anticipado de campaña, un show obsceno de despliegue de recursos al más puro estilo de los que la 4T dice rechazar, se trataba de arranque a destiempo, que lo que busca es posicionar precandidatos y en todo caso agandallar posiciones, nada nuevo, pues.
Todo estaría bien, de no ser porque tras el dislate petista fue rechazado como lo que fue, por Morena, que de manera airada en un comunicado dijo que hay que ser respetuosos de los tiempos que marca la normatividad y lo que establece el estatuto del partido.
Morena agregó que todo en las candidaturas se definirá en base a encuestas, tal como lo ha ratificado el Consejo Nacional que preside justamente el gobernador Durazo y dijo ademas que “cuenta con muchos liderazgos sólidos, honestos y comprometidos con la transformación, listos para encarar con solvencia la contienda electoral en 2027”.
Es decir, desde Palacio de Gobierno en Hermosillo se tomó una lectura clara y puntual de que el PT que dirige Alberto Anaya está retando a quien preside el máximo órgano de dirección, morenista, en este caso el gobernador Durazo, al irse a presentar en su casa con un acto totalmente disruptivo, señalando que en todo caso en ese partido, los mencionados acuerdos, que incluyen rechazo al nepotismo (está claro que el PT no está de acuerdo con esto) y jugar limpio al menos en la interna, son temas que ni siquiera están siendo considerados.
Lo interesante del caso es que quien declara abiertamente un conflicto político y de interés frente a la visión de Durazo y Luisa María Alcalde es un personaje que sin duda ha sido beneficiado por Morena y la 4T, en este caso el diputado de representación proporcional Sergio Gutiérrez Luna.
El presidente de la mesa directiva (que por cierto en septiembre dejará el cargo como cabeza de la Cámara de Diputados) ha buscado por todas las vías posiciones de poder político, primero al buscar ser nominado al gobierno de Veracruz, contienda en la que fue derrotado por la actual gobernadora Rocio Nahle, ahora emprende una cruzada respaldando a su esposa como carta fuerte del PT a fin de conquistar la presidencia municipal de la capital de Sonora.
Lo curioso de todo esto, es que Diana Karina Barreras acaba justamente de salir del ojo del huracán en términos de la opinión pública, pues fue señalada junto a su pareja por abuso de poder, luego de demandar, exigiendo disculpas públicas a una ciudadana por criticar y acaso cuestionar los modos y el manejo del poder político para ganar posiciones por parte de su esposo.
No me atrevo a decir que Sergio Gutiérrez Luna haya puesto a su señora como candidata a diputada federal desde su posición de privilegio y como al final de cuentas la hoy diputada debió hacer campaña y ganar el respaldo ciudadano para llegar la 66 Legislatura, habrá que decir que Diana Karina es una representante legítima del pueblo de Hermosillo, además de que en Morena y el PT seguramente hay normas éticas y formas que impiden ese tipo de prácticas.
Sin embargo en política la forma es fondo y ese juego acelerado y anticipado de hacer campañas y esa forma abusiva de acaparar posiciones es algo que no es aceptable para quien ejerce el poder desde Palacio Nacional.
Hay a quien se le olvida que quien encabeza el Poder Ejecutivo Federal, es decir la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, tiene además el bastón de mando del movimiento que promulga la transformación de la vida pública y política nacional y quien demanda además ética y congruencia a sus seguidores.
En todo caso habrá que apuntar que el PT práctica un juego peligroso y que en el pecado podrá llevarse la penitencia, ese partido político apenas tiene el 2% de la intención de votos en Sonora y aunque en el 2021 se fue por la libre para competir por la alcaldía de Hermosillo, en aquel proceso político nunca estuvo cerca de ganar, pero eso sí logró descarrilar a la entonces alcaldesa morenista Celida López de su intento de reelegirse.
El resto es historia en desarrollo, pues al competir Morena solo por la presidencia municipal de Hermosillo, le abrió la puerta al hoy alcalde (reelecto en el 2024), Antonio Astiazarán Gutiérrez, quien ahora aparece como la figura más viable para competir como candidato de la oposición por la gubernatura de Sonora.
¿Será el PT el catalizador de una hecatombe política en Sonora y estos actos anticipados de campaña el anuncio de una traición a la 4T, al gobernador Durazo y a la presidenta Sheinbaum?
Solo el tiempo dirá.
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