• Fue operado principalmente por la Secretaría de Gobernación, encabezada por Miguel Ángel Osorio Chong.

El uso sistemático del software espía “Pegasus”, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto e iniciado en el de Felipe Calderón, se mantiene como el mayor caso de espionaje en México, sin embargo, ninguno de los operadores o autores de las escuchas telefónicas ha sido llevado a prisión.

“El casos Pegasus empieza en México en el 2010, cuando la Secretaría de la Defensa Nacional durante el sexenio de Felipe Calderón, compró esta tecnología de espionaje a una empresa que entonces acababa de abrir Israel que se llamaba NCO GRUOP”, explicó el periodista investigador de la revista Proceso, Mathieu Tourliere.

Señaló que, pese a las denuncias reiteradas, Peña Nieto mantuvo este software espía para vigilar a opositores a su gestión.

Fue operado principalmente por el Cisen, de la Secretaría de Gobernación, encabezada en ese entonces por el priísta Miguel Ángel Osorio Chong, y la Agencia de Investigación Criminal de la desaparecida PGR, dirigida por Tomás Zerón de Lucio, prófugo de la justicia radicado en Israel.

“En el sexenio de Peña Nieto, prácticamente todos los militantes de alto nivel de Morena, los hijos del presidente, bueno del expresidente han estado. Documentamos que su cardiólogo estuvo espiado, porque López Obrador sufrió dos infartos, entonces en algún momento espiar a su cardiólogo, pues se tenía información valiosa”, aseguró Tourliere.

Entre las víctimas también estuvieron periodistas como Carmen Aristegui y Ricardo Raphael; abogados de derechos humanos, sindicalistas, activistas, ambientalistas y hasta gobernadores.

“México no sólo fue el primer cliente de Pegasus sino el mayor usuario. De una base de datos que tuvimos aquel entonces, de cerca de 50,000 números de teléfonos intervenidos a través de Pegasus, más de 15,000 eran de México”, detalló.

Pegasus es un programa que se instala en el teléfono de una víctima, y con apretar un vínculo de un mensaje de texto se instala sin que el usuario se dé cuenta.

Así el espía tiene en su sistema de acceso vía remota al teléfono de su víctima; puede rastrear mensajes de textos, la geolocalización en tiempo real, mensajes de whatsapp, registros de llamadas, y a los correos electrónicos.

Pero, a más de ocho años de que esos casos de espionaje fueron denunciados por organizaciones civiles y medios nacionales e internacionales, Tourliere ve pocas expectativas en que se castigue a los responsables, más si se está a la espera de que Israel aporte datos sobre la venta del software a funcionarios de Peña Nieto.

“Anunciar que vas a pedir información a Israel, es como anunciar que tú no vas a hacer nada, porque Israel no te va a dar nada porque Israel no colabora y menos en estos temas”, expuso.