Esta foto sin fecha facilitada por Colossal Biosciences muestra a Romulus y Remus, ambos de 3 meses de edad y modificados genéticamente con similitudes al extinto lobo huargo.

Desde ciertos ángulos, los cánidos blancos de la videollamada, mordisqueando ramas en la hierba, parecen samoyedos: enormes caras blancas y esponjosas, y grandes narices negras. Justo cuando empiezas a pensar en cómo se sentiría rodearlos con tus brazos y hundir la cara en el pelaje de 12,5 cm que les rodea el cuello, bajan la mirada y puedes ver lo largo y puntiagudo que es su hocico —para seguir mejor los rastros de la Edad de Hielo— y cómo sus grandes ojos dorados están situados en la parte baja y adelantada de la cabeza, a mitad de la inclinación de la nariz, para que estos cazadores carnívoros puedan localizar mejor a sus presas prehistóricas.

En ese momento, un sonido fuera de cámara sobresalta a los cachorros y corren hacia la línea de árboles, dispersándose como ciervos por un prado, si los ciervos tuvieran hombros más anchos, colas largas y esponjosas y patas del diámetro de pelotas de béisbol y aún estuvieran creciendo. Se acomodan rápidamente para seguir royendo ramas, pero el recuerdo de su poder y ferocidad persiste. No son perros, ni siquiera lobos modernos. Son cachorros de lobo feroz, que volvieron de la extinción tras unos 12.000 años.

Si pensabas que los lobos terribles eran parte de la historia de Juego de Tronos, no estás solo. Es una suposición que el propio George R. R. Martin debe corregir repetidamente. «Te sorprendería saber cuánta gente parece pensar que yo inventé el lobo feroz», declara a la revista Rolling Stone. «Por mucho que me gustaría atribuirme ese mérito, simplemente no es así. Los lobos terribles fueron reales, uno de los depredadores máximos de la Edad de Hielo».

Los lobos terribles modernos, Rómulo y Remo, nacidos en octubre, más un tercer cachorro más joven, Khaleesi, nacido en enero, son el resultado de los esfuerzos de la empresa emergente de biociencia Colossal, que se lanzó en 2021. Puede que conozcas a la empresa por producir recientemente ratones lanudos que acaparan titulares y son objetivamente adorables como parte de su esfuerzo fundamental por recuperar al mamut lanudo, pero el proyecto del lobo terrible de Colossal ha superado desde entonces al mamut, gracias a una gran cantidad de ciencia, tanto genética como reproductiva, disponible sobre los perros en comparación con los elefantes.

Rómulo y Remo

https://colossal.com/12000-years-later-dire-wolves-are-back