Por Demian Duarte
Las hojas del calendario avanzan de manera inexorable y con esto se acercan acontecimientos, como es el próximo proceso electoral en el que Sonora, junto a otras entidades elegirá a un nuevo gobernador, además claro de 72 alcaldes, diputados locales y federales. Se trata de hecho del mayor proceso electoral, con elecciones concurrentes en 18 entidades y donde Morena, el partido gobernante se juega el todo por el todo, al igual que la oposición.
Para cuando esta columna vea la luz pública faltarán 363 días para la cita en las urnas del 6 de junio de 2021 y aunque todos parecemos absortos en nuestros asuntos, confinados por la pandemia, la realidad es que en muchas mentes el tema del proceso político ocupa un lugar muy especial, comenzando por quienes ejercen el poder en todas las esferas, pues la mayor parte de sus decisiones y acciones actuales están marcadas por la perspectiva de ese proceso político que ya toma forma.
El año electoral inicia formalmente en agosto, sin embargo desde ahora todos los actores ya prefiguran sus posiciones, y muchos análisis van y vienen respecto a las posibilidades de cada cual.
De hecho una de las visiones que más he escuchado en estos días es la del presunto desgaste del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de cómo esto fortalecería las posibilidades del PRI y el PAN, sin embargo creo que quienes sacan esas conclusiones no están viendo la pintura completa, pues creen que tomando la lectura de su entorno inmediato es como pueden entender la realidad política y las intenciones de voto de la gente y la sorpresa que se llevan es que nada de lo que antes fue cierto hoy lo es, pues en México y en Sonora hoy en día la política y lo electoral es tema de interés no únicamente en el círculo rojo, lo es de todos los ciudadanos.
Por eso cualquier análisis tiene que partir de lo que quieren la mayoría, de lo que actualmente están obteniendo de los distintos gobiernos los grupos más desfavorecidos y no solamente las elites económicas o políticas, no ver las cosas desde esa perspectiva es limitarse a un entorno controlado y ver la realidad desde una perspectiva muy limitada.
Puestas las cosas en esa perspectiva, está claro que en el caso de Sonora el juego político se centra en las posibilidades que tiene Morena y la posibilidad del PRI de disputarle el liderazgo, con un panismo y una derecha muy disminuidos, que solo podrían ser protagonistas desde la posibilidad de establecer alianzas con alguno de los actores centrales.
En esa lógica me llamó la atención la primer encuesta que se dio a conocer a un año de las elecciones de parte de la encuestadora Comunicación Política, que le pone números a partir de 1 mil entrevistas con ciudadanos en edad de votar y dice:
En intención de voto Morena con 31.8% frente a 19.1% del PRI y 13.5% del PAN, de tal modo que el partido gobernante arrasa, pues solamente la suma del tricolor y el blanquiazul plantearía l posibilidad de una elección cerrada.
Los ciudadanos que no han decidido por quien votarán o bien que no quieren manifestar su preferencia son el 25 por ciento de los encuestados y el resto de las fuerzas políticas prácticamente no existen, pues el Movimiento Ciudadano, al que muchos le conceden presencia, tiene apenas el 4.5% de las menciones.
Por candidatos Alfonso Durazo aparece de puntero con 32.6% de las menciones, por encima del 22% de Ernesto Gándara y 10.3% de Antonio Astiazarán.
En otros ejercicios del mismo estudio aparece como candidata alternativa de Morena, la alcaldesa de Hermosillo, Celida López Cárdenas con un 26.7% de la intención de voto y Miguel Pompa Corella con un 15.6%, de tal modo que el escenario luce abiertamente planteado, Neus a pesar de que hay otros actores, como Ana Gabriela Guevara, Ricardo Bours, María Dolores del Río Sánchez, Arturo Bours Griffith, Javier Lamarque y algunos otros que de repente levantan la mano, creo que en este momento y ante esa perspectiva las cosas lucen muy claras, aunque por supuesto los escenarios son movibles y las cosas pueden cambiar en un instante.