El incremento del feminicidio en los últimos 4 años a nivel nacional fue tan alto, que se duplicó entre 2015 y 2018, hasta alcanzar los 2,560 registros en términos absolutos.
Índicador: Feminicidio y Violencia Familiar
El origen del feminicidio es multifactorial y no obedece únicamente a razones de índice delictivo. Un porcentaje considerable deriva de la interacción de la víctima con su primer entorno familiar y social
El comportamiento del delito de feminicidio asociado con la violencia familiar en términos de tasa por cada 100 mil habitantes, fue el siguiente para los últimos 4 años:
En 2015
- Veracruz: 1.06 feminicidios y 45.9 casos de lesiones en mujeres por violencia familiar.
- Sinaloa: 0.95 feminicidios y 12.31 lesiones en mujeres.
- Estado de México: 0.7 feminicidios y 140.9 lesiones en mujeres.
En 2017
- Sinaloa: 5.5 feminicidios y 54.4 lesiones en mujeres.
- Veracruz: 2.08 feminicidios y 68.5 lesiones en mujeres.
- Estado de México: 0.75 feminicidios y 146.75 lesiones en mujeres.
Al cierre de 2018
- Sinaloa: 3.2 feminicidios por cada 100 mil mujeres, lo que representó una disminución del 41% respecto al año anterior.
- Veracruz: 2.29 feminicidios, lo que representó un incremento del 10% respecto al año anterior.
- Estado de México: 1.2 feminicidios, lo que significó 60% más que lo registrado en 2017.
La correlación histórica de los últimos 4 años entre la violencia familiar y el feminicidio indica una estrecha relación entre estas variables, particularmente para éstas entidades del país. Sinaloa registró una correlación histórica de 0.91, Veracruz de 0.86 y el Estado de México de 0.73; los tres casos con una asociación alta.
Las entidades con mejor desempeño en este indicador fueron Baja California Sur, Durango y Tlaxcala; mientras que las peores fueron Nuevo León, Colima y Querétaro.
En este contexto, destacó que durante 2018 a nivel nacional se registraron diversos casos de muertes violentas de mujeres por motivos de género (feminicidio), lo que derivó una recomendación al Gobierno de la República por parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), dependiente de la ONU, para tipificar el feminicidio como delito en todos los estados del país.
Al cierre del mismo año se incrementó el número de Carpetas de Investigación por este delito , siendo los estados de México, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa y la Ciudad de México los más afectados en cifras absolutas, no así en tasa por cada 100 mil habitantes. Cabe señalar, que Chihuahua y la capital del país no se encuentran entre las 17 entidades con Alerta de Género.
Durante la semana analizada, sobresalió el llamado de diversas ONG´s al Gobierno Federal para fortalecer los mecanismos para atender la violencia contra las mujeres, principalmente en los estados con Alerta de Género, entre los que destacan el Estado de México y Veracruz. Así como la propuesta de la diputada morenista por Veracruz, Ana Miriam Ferráez Centeno, respecto a implementar un “toque de queda” ante el riesgo que corren las mujeres en la entidad.
También se retomó la deficiente gestión de recursos por parte de los gobiernos locales para atender este delito; a pesar de que en 27 estados se han invertido más de 4 mil millones de pesos para su combate, no se ha logrado reducirlo. La capital del país, junto con los estados de México, Veracruz, Michoacán y Nuevo León, fueron algunos de los señalados por sus “malas” prácticas de inversión.
Destacó el Estado de México, una de las entidades más señaladas por la incidencia de feminicidio, en la cual, el gasto destinado a la atención de la violencia de género fue de casi 61 millones, de los cuales , se dejó de ejercer el 40%, monto que la autoridad planea ocupar para ampliar su flota vehicular.
El incremento del feminicidio en los últimos 4 años a nivel nacional fue tan alto, que se duplicó entre 2015 y 2018, hasta alcanzar los 2,560 registros en términos absolutos.
De lo anterior, se desprende que la sola protección policial, la activación de la alerta de género o la implementación de alguna medida extraordinaria como “toque de queda”, son recursos insuficientes para resolver el feminicidio, por lo que se requiere una nueva perspectiva en su combate.
Fuente: GLAC