Alejandro Alegría, 01 de junio de 2025

Para superar el bajo crecimiento y la desigualdad en los países latinoamericanos es necesaria una intervención quirúrgica del Estado que mueva a la economía en la dirección correcta, similar a lo que está ocurriendo con el Plan México, pues de esta forma se puede enfrentar el complejo contexto global, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Hay una coincidencia afortunada entre varios países, entre ellos México, Brasil y Colombia, sobre sus planos de industrialización y desarrollo, que marcan un cambio en cómo se hacían antes las cosas y cómo se hacen ahora, señaló en entrevista Jorge Mario Martínez, director de la sede subregional del organismo dependiente de Naciones Unidas.

Es el regreso de la política de desarrollo productivo, pero no el de los años 50, es un regreso con énfasis en la sostenibilidad, en el desarrollo social, en la reducción de desigualdades, destacó en entrevista con La Jornada luego de participar en el foro Construyendo las economías del futuro en América Latina y el Caribe: Impulsando la transformación verde y el desarrollo sostenible a través de las políticas de desarrollo productivo y cooperación regional, el cual fue organizado por la Cepal, la Secretaría de Economía y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

Martínez destacó que, con excepción de Panamá o República Dominicana, en general América Latina está mostrando más de una década de bajo crecimiento. En particular, explicó, el avance de la economía mexicana ha sido de 2 por ciento anual, aunque la Cepal prevé sólo 0.3 por ciento para este año, lo cual es insuficiente ya esto se suma que más de 50 por ciento de la población está en el sector informal.

La diferencia de ingresos entre los sectores formal e informal es muy alta. Lo que redunda en otra trampa que es de la desigualdad, advirtió.

Para superar las dos trampas… es necesaria una actitud proactiva del Estado para intervenir en la economía, no en el sentido de los años 50 o 60 donde el Estado hacía todo, sino más bien intervenciones quirúrgicas para hacer que la economía se mueva hacia donde queremos que se mueva.

¿Hacia dónde? Hacia más crecimiento con más y mejor empleo, que reduzca la desigualdad. Eso requiere políticas de desarrollo productivo.

Destacó que el Plan México es un caso interesante, pues es un plan muy ambicioso, muy potente, de desarrollo y no sólo de crecimiento, que abarca todas las áreas.

Está muy bien escrito qué es y para dónde va México, subrayó antes de comentar que fija una ruta clara con los polos de desarrollo, los cuales tendrán vocaciones regionales como agroindustria o manufactura, además de aumentar la proveeduría nacional y que 65 por ciento de las compras públicas sean de contenido nacional.

Los inversionistas, los académicos, los actores económicos y políticos tienen seguridad y es muy importante eso porque ayuda a compensar la incertidumbre del contexto internacional, indicó.

Martínez destacó que con la crisis financiera de 2008, que se generó en los países desarrollados, se ha creado mucha desconfianza en el libre comercio, se redujo la inversión extranjera directa (IED) en términos generales en el mundo y las consecuencias han alcanzado su punto máximo con la imposición de aranceles en la segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.

No obstante, comentó que estrategias como el Plan México contrarrestan la incertidumbre exógena.

Aunado a ello, otros países tienen estrategias que coinciden con México: en Colombia aplican una política de reindustrialización y Brasil impulsa su plan Nova Industria.

Comentó que durante el taller se ha delineado el camino para unificar a la región, pues hay elementos comunes entre los países.

Somos una región de más de 500 millones de personas que no hemos logrado profundizar en nuestra integración regional. Ahora que tenemos esta coincidencia de planos de desarrollo podemos hacerlo.

Agregó que los participantes en el foro acordaron continuar con el diálogo para avanzar, pues Honduras también tiene un plan de política fabril, mientras que República Dominicana cuenta con una estrategia de IED.

Es preciso identificar las áreas comunes, como pueden ser cadenas productivas o sectores donde haya coincidencia e interés regional. Algunas de ellas podrán ser la producción de medicamentos y vacunas, como ocurrió en la pandemia de covid-19. Mencionó que otra área puede ser la economía circular y la bioeconomía, pues América Latina es muy rica en recursos naturales.

Martínez señaló que esta mayor integración regional puede servir para la diversificación comercial, pues si bien Estados Unidos es el mercado natural de México, América Latina también es una opción, pero es necesario encontrar áreas comunes, como la innovación.

Resaltó que para echar a andar estos planos se requiere de inversiones, las cuales deben tener un equilibrio entre pública, privada nacional y extranjera directa.

Resaltó que en el caso del Plan México también incentiva el aumento de los tres tipos y hacia dónde se deben dirigir los recursos.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/