Hermosillo, Sonora.- Vine a mi tierra en el ánimo de presenciar el cuarto informe del gobernador Alfonso Durazo Montaño, dicho acto de rendición de cuentas tuvo lugar el sábado 13 de septiembre y fue la verdad un gran evento político, en el que el mandatario estatal dejó claras algunas cosas, comenzando por el hecho de que tiene previsto cerrar su ciclo al frente de los asuntos sonorenses, hasta el 13 de septiembre de 2027, justo cuando le entregue el mando a quien resulte electo en junio del 2027.
Alfonso Durazo abrió su mensaje señalando que Sonora ha cambiado profundamente en estos 4 años que le ha correspondido encabezar el gobierno, y tiene razón, el estado se mueve en otro nivel y en condiciones totalmente distintas a las que él heredó de Claudia Pavlovich Arellano, comenzando con el tema de la seguridad y siguiendo con el lugar que tiene Sonora en el entorno nacional.
Cuando la ahora embajadora de México en Panamá entregó el poder Sonora era el cuarto estado con mayor número de homicidios en todo el país, con números alarmantes que mostraban un deterioro de la seguridad pública en todos los niveles, pues rebasaban los mil 600 asesinatos por año, esto era alrededor de 150 por mes.
Al gobierno del PRI se le descompuso el tejido social de centros urbanos importantes y se le vino abajo la estrategia, pues hubo descuidos en prácticamente toda la esfera del manejo de la estrategia, al grado de que la gobernadora no asistía casi nunca a la mesa de seguridad, tema que dejaba en manos de su secretario de gobierno.
Pero ese no fue el único descuido, había problemas en todas partes, deuda con proveedores, desatención al pago de nóminas y pensiones, una crisis financiera en el Instituto de Seguridad Social y Servicios de los Trabajadores del Estado de Sonora (ISSSTESON), fallas garrafales en la planificación para atraer inversiones, deterioro de la infraestructura y un sinfín de fallas que mostraron, que Claudia Pavlovich descuidó el día a día del gobierno, por estar pensando en su salida, en asegurar políticamente lo que ella llamaba su “séptimo año”, y vaya que lo consiguió en acuerdos y negociaciones con el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
La ex gobernadora descubrió que lo suyo, lo suyo es la diplomacia e hizo 3 años como cónsul de México en Barcelona y ahora ha extendido su fructífera carrera como embajadora en Panamá.
Paradójico no deja de ser el hecho de que Alfonso Durazo no necesitaba de esos acuerdos de protección para triunfar, él ganó las elecciones por más de 17 puntos.
Sin embargo hoy podemos decir que 4 años después, su visión ha triunfado y que Sonora regresó al primer nivel en escala nacional precisamente por hacer todo lo que su predecesora no quiso o no supo hacer.
Supo avanzar en la pacificación del estado y sacarlo de los niveles de foco rojo, hoy en día la entidad, es el número 9 en homicidios, y registra un promedio de 80 casos al mes, es decir se logró en 4 años reducir la incidencia a casi la mitad.
La entidad, ha captado inversiones de toda índole, es el lugar en donde el gobierno de la 4T se ha determinado a desarrollar los proyectos de alta tecnología, ligados a electromovilidad (Olinia y LitioMX), chips semiconductores (Kutsari) y donde además se ha diseñado un plan para sustituir la exportación de becerros vivos para generar una industria de la carne auténticamente nacional, para abastecer el mercado interno y concurrir a mercados de exportación.
Antes el gobierno de Durazo impulsó 2 grandes proyectos, que son el Plan Sonora de energías renovables y el Plan logístico de Sonora, que buscan sacar partido de los recursos naturales y de la ubicación estratégica de la entidad.
Durazo además ha impulsado un gran plan de becas, que permite que los estudiantes de nivel universitario y los de educación básica reciban becas para asegurar su continuidad en el sistema educativo y que se formen los profesionales que ese impulso industrial que se da a la entidad.
La infraestructura se ha recuperado, la red carretera es funcional y recibe mantenimiento, hay planes en desarrollo para recuperar la red de aeropuertos y el puerto de Guaymas (que habían sido abandonados), está en proceso de ampliación la carretera a Chihuahua y también se tiene en desarrollo un plan para resolver el abasto de agua para Hermosillo.
No cabe duda alguna de que a Sonora la cuarta transformación le ha sentado bastante bien, hay dados contundentes y consistentes que hablan de ese buen éxito que tiene la entidad, y en particular la sintonía que hay con la federación en las temáticas que preocupan a los sonorenses.
Más de medio millón de sonorenses dejaron en este periodo de 4 años la condición de pobreza, y aunque persiste alrededor de un 15% de la población con alguna carencia, la entidad es ahora el quinto estado con menores niveles de marginación en todo México, algo difícil de imaginar cuando gobernaba el PRI, o cuando le tocó al PAN, que se dedicaron solo a saquear y empobrecer al estado.
Alfonso Durazo es uno de los gobernadores mejor evaluados del país, y en Sonora la presidenta Claudia Sheinbaum disfruta de uno de los mayores niveles de aprobación.
Obviamente esa realidad que hoy vive Sonora no la quieren ver los opositores, adversarios y medios críticos a la gestión de Durazo, e insisten en remarcar las fallas de algunos de sus colaboradores, ocultando sus muchos aciertos.
Está claro que Sonora está convertido en uno de los estados que tanto Morena como la oposición ambicionan ganar en 2027, y la clave en esto es la posición de liderazgos que hoy tiene el estado.
La clave está —y el gobernador lo sabe— en una sucesión ordenada, la apuesta es que Sonora pueda continuar en el periodo 2027-2030 con esta fase de crecimiento y resolución de sus problemas estructurales y de acuerdo a lo visto en esta semana, con la selección de Javier Lamarque Cano como quien encabece este esfuerzo, el camino está ya decidido.
Mañana hablare aquí de lo que vi de Javier Lamarque y por qué creo que él será el sucesor de Alfonso Durazo.
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