Ciudad de México, 20 de febrero.– A diferencia de otros países, en México las personas que incrementan su riqueza al heredar fortunas multimillonarias no están obligadas a contribuir al gasto público, pues la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) establece que no se pagará impuesto alguno por la obtención de herencias, una situación que hasta ahora ha privilegiado a 13 ricos mexicanos y por eso la exigencia de organizaciones para que tanto legisladores como el Servicio de Administración Tributaria (SAT) actualicen la Reforma Fiscal.
“El ISR, que es el que pagamos todos a la hora que generamos riqueza, es una tasa que no es fija, las personas que ganan poco pagan poco y conforme aumentan los ingresos esa tasa va creciendo, pero la más alta es del 35 por ciento y es muy pequeña si se compara con países como Francia donde es el 49 por ciento, esto refleja la desigualdad, imaginémonos cuánto se está ahorrando Carlos Slim por vivir en México”, consideró Andrés Barrios, de la organización Nuestro Presupuesto. “Si ese 35 por ciento lo aplicáramos sobre la riqueza que generó Slim en 2020, alcanzaría para el presupuesto de dos años para el cuidado del medio ambiente”.
La exigencia de que los ricos paguen impuestos por su riqueza surgió a nivel mundial en el año 2016 a través del movimiento Figth Inequaliity (Luchar contra la desigualdad) y hasta el momento se han sumado 66 países , incluido México, donde organizaciones como Fundar, La Alianza contra la Desigualdad México y Nuestro Presupuesto han denunciado que ser millonario en el país es «muy barato» si se compara con otros.
No obstante, esto no siempre fue así: en la época posrevolucionaria y hasta 1961, la fFderación y estados implementaron distintos esquemas para asegurarse de gravar la transmisión intergeneracional de la riqueza.
Una de las propuestas que han realizado organizaciones como Fundar y Alianza contra la Desigualdad México consiste en sustituir la exención actual —equivalente a todos los bienes heredados— por un límite exento de 8 millones de pesos, lo que sólo impactaría al 1 por ciento de la población más rica del país.“Lo que se propuso es un impuesto a la riqueza neta, o sea todo lo que tengo, menos las deudas, es cobrar un impuesto anual, lo cual ayudaría al Gobierno a recaudar más recursos”, dijo en entrevista Emmanuel Ramírez investigador del área de justicia fiscal en Fundar y mencionó que países como Suiza y Noruega ya lo implementan.