En nuestro país la bioenergía representa el ocho por ciento del consumo final. Es una fuente importante de energía renovable que puede generar múltiples beneficios en los estados y municipios del territorio nacional.
La biomasa fue la fuente de energía más utilizada por la humanidad hasta la Revolución Industrial, cuando fue sustituyéndose por el uso de combustibles fósiles. Actualmente, es considerada una de las posibles alternativas energéticas frente a la inminente crisis petrolera.
En México cada año se genera una gran cantidad de desechos orgánicos urbanos, industriales, agrícolas, ganaderos y forestales que podrían ser aprovechados para ayudar a solventar las necesidades energéticas, tanto de combustibles como de electricidad, del país.
Se considera como fuentes productoras de biomasa:
- Subproductos agrícolas, que son los residuos de la cosecha como: rastrojos de maíz, trigo, sorgo cebada, así como pencas de agave, hojas y punta de corte en verde y cáscara y fibra de coco.
- Subproductos agroindustriales, hace referencia a residuos como: cascarilla de café cereza, bagazo de maguey, orujo de uva y cáscaras de maíz y trigo.
- Subproductos forestales: a) residuos del bosque como son madera en forma de ramas, puntas de árboles, trozas y árboles desperdiciados que quedan al hacer el marcaje, el derribo y la extracción forestal; b) residuos de la industria forestal como aserrín, recortes y costeras que se desechan en los aserraderos.
El usos de bioetanol beneficiaría en la reducción de al menos 35 por ciento de emisiones de CO2 con respecto a los valores de referencia del combustible fósil a sustituir.
Por otra parte, los productores agrícolas pueden participar en el sector energético incentivando los cultivos bioenergéticos sin sustituir la superficie ocupada por cultivos prioritarios para la alimentación humana.
Fuente: SAGARPA